Ahora y siempre, es necesario retirarse a sí mismo entre las
montañas profundas y los valles escondidos
para reintegrar la unión al origen de la vida.
Aspira y déjate elevar hasta el final del universo; expira y trae el
cosmos de vuelta contigo. Después, aspira toda la fertilidad y la vitalidad
de la tierra. Finalmente, une la respiración del cielo y la de la tierra
con la tuya propia, llegando a ser la Respiración de la Vida misma.
Todos los principios del cielo y la tierra viven dentro de ti.
La vida misma es la verdad, y esto nunca cambiará.
Todo en el cielo y la tierra respira. La respiración es la cuerda
que ata la creación. Cuando las incontables variaciones de la
respiración universal pueden ser sentidas, las técnicas
individuales del Arte de la Paz nacen.
Considera el flujo y reflujo de la marea.
Cuando las olas rompen en la costa,
ellas se encrestan y caen, creando un sonido. Tu respiración debe
seguir el mismo patrón, absorbiendo el universo
entero en tu vientre con cada inhalación.
Conoce que todos tenemos acceso a los cuatro tesoros: la energía
del sol y la luna, la respiración del cielo, la respiración de
la tierra y el flujo y reflujo de la marea.
Morihei Ueshiba
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