Nos duele tragarnos el orgullo,
pero se trata de un dolor que
nos hace bien, siempre y cuando
tengamos una buena actitud y
dejemos que produzca en
nosotros el efecto deseado.
Conviene recordar el refrán:
«No hay rosa sin espina».
1. PROCURA DESCUBRIR LO MEJOR DE CADA UNO.
Todo ser humano ha tenido experiencias que tú no has tenido, y en esos aspectos te aventaja. Einstein, reputado como uno de los grandes cerebros de la humanidad, dijo: «Nunca he conocido a una persona tan ignorante que no tuviera algo que enseñarme».
2. ELOGIA SINCERAMENTE A LOS DEMÁS.
¿Cómo vas a desdeñar a una persona a la que le estás diciendo lo que admiras de ella? Cuanto más menciones las buenas cualidades de quienes te rodean, más virtudes descubrirás en ellos, y será más difícil que caigas en la trampa del egocentrismo.
3. NO TE DEMORES EN ADMITIR TUS ERRORES.
Dicen que la frase más difícil de pronunciar en cualquier idioma es: «Me equivoqué». Quienes se rehusan a hacerlo por orgullo suelen volver a caer en los mismos errores y además terminan marginándose de los demás.
4. SÉ EL PRIMERO EN DISCULPARSE DESPUÉS DE UNA DISCUSIÓN.
Si la frase más difícil de pronunciar es: «Me equivoqué», la siguiente más difícil debe de ser: «Perdóname». Ese simple vocablo mata el orgullo y pone fin al altercado: dos pajarracos muertos de un solo tiro.
5. ADMITE TUS LIMITACIONES Y NECESIDADES.
Es parte de la naturaleza humana querer dar la impresión de ser fuerte y auto suficiente; eso normalmente no hace más que dificultar las cosas. Si manifiestas humildad pidiendo ayuda a los demás y aceptándola, sales ganando.
6. SIRVE A LOS DEMÁS.
Ofrécete a ayudar a los ancianos, los enfermos y los niños, o a prestar algún otro servicio comunitario. Saldrás beneficiado, pues aparte de adquirir humildad, te ganarás la gratitud y el cariño de muchas personas.
7. APRENDE ALGO NUEVO: UNA NUEVA TÉCNICA,
IDIOMA, DEPORTE O HOBBY.
Empezar algo de cero resulta casi siempre embarazoso, pero las recompensas son múltiples: de una experiencia así sales más humilde, y además tu ejemplo anima a los demás y, contrariamente a lo que te dice tu orgullo, te granjea su admiración y respeto.
8. RECONÓCELE A DIOS EL MÉRITO DE TODA CUALIDAD QUE
TENGAS Y DE TODO LO BUENO QUE TE AYUDE A HACER.