Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mi mismo. Temía fracasar, hasta que me dí cuenta que únicamente
fracaso si no lo intento. Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me dí cuenta de que de todos modos opinarían de mi. Temía que me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi mismo. Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer. Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras. Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien un comienzo. Temía el odio, hasta que me dí cuenta que no es otra cosa más que Ignorancia. Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mi mismo. Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día. Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme más. Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella. |