Llevas en ti, la condena de subsistir siempre señalada,
por un amor que tu corazón, en un momento abrigó;
debiendo obligada, a vivir en medio de una sociedad...
que se desenvuelve en falsas reglas, y leyes instaladas,
que ellos mismos, despreocupados llegan a corromper.
Y después se empecinan, en presentarse para marcarte,
estigmatizándote presto, como un rústico y vil amasijo;
ocultándose siempre, detrás de una absurda mascarada,
pues con tu presencia,que tanta repugnancia les causa...
solo les obliga a reconocer, que viven en un íntimo cosijo.
Así, te han impuesto en tu vestimenta, la letra escarlata,
como un símbolo pueril y perverso, de su desaprobación;
ignominia que aprovechan tácitamente, para recordarse,
que en su inmundicia, deben tener una evidente rotulata;
para así, no albergar nunca, entre ellos ninguna ilusión.
Ya que, si libremente quieres alguna vez, volver a amar,
deberás imperecederamente, entregarte en lo subrepticio;
o te encontrarás invariablemente con su dedo acusador,
puesto que, la vida sólo pertenece, para quien aparenta,
remotamente a su esencia, ser por siempre un buen hijo.
No importa cuán infame e inmundo sea.

♞
Sir Galahanth
Silvia Regina Cossío Cámara
Basado en la obra < La letra escarlata >
de Nathaniel Hawthorn (1804-1864)