¡Ay, este llanto azul que me persigue
y que me hace sentir un forajido,
ay, este llanto que me trae herido
y que me lleva a que tu amor mendigue!
A mi pesar no hay nada que me ligue
a la intención de verme bendecido
con la esperanza de tu amor rendido
pues este corazón nada consigue.
Al cielo clamo. Mi oración elevo
pidiendo a Dios que atiendas mis demandas
y una sola mirada me concedas;
pero es en vano y en el alma llevo
ese dolor de no saber dónde andas
aunque mis huellas tengan tus veredas.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC