De tormentas y de paz
A veces bailo con el viento sutil,
otras con el recio huracán,
y el corazón conoce la diferencia.
Sabe de esa paz que me invade
cuando recorro tu cuerpo adormecido,
cuando contemplo tus pupilas dilatadas,
y un ronroneo de suspiros se escapan de tu boca.
También palpita desbocado cuando se acaba el tiempo,
cuando llega el adios,
y se cierra la puerta que separa tu vida y la mía.
Las campanas repican cuando llega la tormenta,
cuando un peligro inesperado se acerca
y los fantasmas vuelven a invadir las noches,
buscando como locos el rincón del resguardo,
atormentando los minutos donde solo reina el vacío.
Hay vientos que acarician el agua bendita
con ondas claras,
y se desborda la fuente donde vierto la esperanza.
Inerte y en calma espero la caricia de los vientos,
se cuelan sigilosos por mis grietas
en absoluto silencio.
Me nutre el balance entre las tormentas y la paz.
Carmen Amaralis Vega Olivencia