Aristóteles, filósofo griego, escribió este texto "Revolución
del Alma“ en el año 360 A.C. y es eterno... Nadie es dueño
de su felicidad, por eso no entregues tu alegría,
tu paz tu vida en las manos de nadie, absolutamente de nadie.
Somos libres, no pertencemos a nadie y no podemos querer
ser dueños de los deseos, de la voluntad, o de los
sueños de quien quiera que sea.
La razón de tu vida eres tú mismo.
Tu paz interior es la meta de tu vida,
cuando sintieres un vacío en el alma,
cuando creyeres que aún te está
faltando algo, aún cuando tengas todo, envía tus pensamientoa
hacia tus deseos más íntimos y busca la divinidad que existe en tí.
Deja de poner tu felicidad cada vez más lejos de tí.
No te pongas objetivo que no estén al alcance de tus manos,
abraza los que estén a tu alcance hoy.
Si andas desesperado por problemas financieros, amorosos,
o de relaciones familiares, busca en tu interior la respuesta
para tranquilizarte, tú eres el reflejo de lo que piensas a diario.
Deja de pensar mal de ti mismo y sé tu mejor amigo siempre.
Sonreir significa aprobar, aceptar, felicitar. Entonces abre
una sonrisa para aprobar el mundo que te quiere ofrecer lo mejor.
Con una sonrisa en el rostro las personas tendrán la mejor impresión
de tí, y tú estarás afirmando para tí mismo, que estás
“cerca“ de ser feliz.
Trabaja, trabaja mucho a tu favor.
Deja de esperar la felicidad sin hacer esfuerzos.
Deja de exigir a las personas aquello que
ni tú has conquistado todavía.
Critica menos, trabaja más.
Y, no te olvides nunca de agradecer.
Agradece todo lo que está en tu vida en este momento,
inclusive el dolor.
Nuestra comprensión del universo, aún es muy pequeña
para juzgar lo que queremos que sea nuestra vida.
“ La grandeza no consiste en recibir honras, sino en merecerlas."
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