ESPERO
Esperó con afán la primavera la bondad portentosa de ese clima que era una fantasía milagrera de música interior como una rima.
Para sentir flotando ese perfume gustoso de las frutas y las flores en medio de un sopor que se resume trazando entre misterios sus primores.
Palpó la tierra, respiró profundo repleto de emoción por la armonía captando para sí cada segundo de aquella natural coreografía. Y clamó conmovido al arquitecto de aquella maravilla como un ruego ser gorrión, otro ser, un simple insecto con ojos para ver...no un niño ciego.
Ernesto Cárdenas. |