PIEL DE OTOÑO
Piel de otoño que se vislumbra, en mi ser dormido, piel de otoño que me acompaña en esta tarde ocre, de hojas amarillas...
Te fuiste, amado mío, y en mi ventana dejaste solo, tu aroma de amor en hojas palidecidas.
Todavía siento el cáliz de tus besos en mi piel, Todavía recuerdo esas tardes de otoño, en que tú eras mío ¡Y yo era enteramente tuya!
Caminábamos por esas calles solitarias, entre hojas que llovían regaladamente de los árboles, ¡Nos hacían una alfombra rojo amarilla! El viento soplaba suavemente, acompasado por el amor puro, que te profesaba. Yo me miraba en tus ojos de sol, tú me tomabas de la mano tiernamente, y luego me besabas en miel.
¡Oh, cuánto te amaba!, pero te fuiste, amado, y mi alma se siente fría, casi helada, como esas ramas secas, desnudas y deshojadas;
Los vientos de tu ausencia… me hieren, ¡No sabes cuánto! Quiero verte, ¡Quiero tenerte, nuevamente!, pero es tonto mi delirio, pues las hojas del amor que mueren ya no resucitan jamás...
*Autora: Edith Elvira Colqui
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