EL MIEDO INNECESARIO
Nada causa tanto sufrimiento como el miedo a sufrir,
evita entonces el miedo innecesario.
Por miedo a sufrir soledad, sufrimos la tortura de una mala compañía.
Por miedo a sufrir el final de una relación, sufrimos por años el
infierno de una mala pareja.
Por miedo a sufrir las responsabilidades del adulto, sufrimos de por vida
el actuar como un niño inválido.
Por miedo a sufrir a causa de nuestros errores, sufrimos las consecuencias
de no comprometernos ni jugar nunca.
Por miedo a sufrir el rechazo de los otros, sufrimos en nuestra soledad y
aislamiento sin salir nunca hacia el encuentro.
Por miedo de sufrir por que alguien no nos quiera, nos convertimos en seres
posesivos y lo único que logramos es que todos nos huyan y nos quedemos solos.
Por miedo a sufrir una relación sexual no bien lograda, sufrimos por años la
castración de una impotencia impuesta por nosotros mismos.
Por miedo a fracasar en nuestros proyectos, sufrimos el terrible fracaso de no
emprender ninguno.
Por miedo a que nuestro hijo de un mal paso, lo convertimos en inmaduro,
en sobreprotegido, en un ser incapaz de dar un paso por su cuenta.
Hay un temor al sufrimiento que es sano, porque funciona como una señal
de alarma, que suena a tiempo para evitar el dolor innecesario; pero hay
un temor al sufrimiento que es enfermo, porque es como una alarma que suena
todo el tiempo, que te impide vivir y te causa sufrimientos que podrías evitar.
¡¡¡Evita el miedo innecesario!!!