MADRE!, cuanto tiempo sin verte,
sin oir tu alegre risa,
el chiste oportuno,
la dulce canción,
el diario trajín,
el beso sincero,
el abrazo tierno
cuando me apretabas
a tu corazón.
Madre,
cuanto diera porque estuvieses aqui!
para mirarme en tus ojos,
oir tus consejos,
tus sabias palabras,
los viejos refranes,
saborear tus postres,
seguir recibiendo muñecas de trapo
con tus recaditos,
apreciando ese amor inmenso
que aun despues de muerta
lo siento infinito.
Madre, aunque estás distante
en física esencia,
sigues siendo faro
que a mi ser alienta.!.
Trina Lee de Hidalgo
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