En ríos subterráneos se aprontaban las magmas.
En encuentro estallaron
silenciosos volcanes sus pasiones de grana.
Derramaron en luz
sus ardientes, amantes, tórridas lavas.
Multiplicaron estrellas
sus hondas, calientes, poderosas entrañas.
Vertiste tus ríos de fuego
en el cauce profundo que contiene a mi alma.
Derretí el hielo en tu cima
con resueltas, calcinantes riadas.
Y si te subes a ella verás tú la noche estrellada
tal como veo yo las estrellas
subida a lo alto de mi antigua montaña.
© Laura S. Schapira
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