Un aguacero en tus manos
calma la sed del universo,
lo sacia...
En ti renace la confianza de volver a amar,
tú, acaricias todos mis sentidos,
en tus ojos no hay antifaz,
y es que tu mirada blanca no engaña,
pues vuela cristalina hacia el infinito,
desde dónde me trae la paz que tanto anhelo.
Eres manantial de vida plena,
purificas mi ser,
en insondables brillos lo haces renacer,
a tu lado soy mujer nueva,
resucitada...
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