Estoy hecha del amigo que te tiende fiel su mano,
del recuerdo que es vivero entre la mente,
del que brinda su sonrisa y nos anima
de la dicha que se vive de repente.
Estoy hecha del amor que siempre vive en mis sentires,
del adiós que nunca acepto que haya sido,
de la nada que me espera en sus misterios,
del renacer de mi alma cantarina,
que no se vence,
se doblega,
ni domina.
Estoy hecha de los colores que alegran el amanecer
de las rosas lozanas que se abren esplendorosas para lucir su inigualable belleza,
de la tersura de sus pétalos,
de sus espinas que lastiman de vez en cuando,
pero que al seguirlas contemplando suavizan las heridas.
del silencio que las rodea interrumpido solamente por el aletear del lindo tucusito,
de amor, de ese que se prodigaron dos seres en las noches silenciosas y cómplices de las entregas apasionadas.
ESTOY HECHA
del silencio que asombra,
de las sombras que acechan,
de la magia de mi poesía,
de los versos sagrados,
de las penas que pasan,
de las incógnitas que no se pueden despejar,
del sentir de otros seres,
de sorpresas que anulan o entusiasman.
del barro que me forjó según la Biblia,
del polvo en que me he de convertir,
de las cenizas que volarán aceleradas al paso de la brisa
y el cauce cristalino de cualquier río...
Trina Lee de Hidalgo
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