Pero más allá de la brillante pátina dorada, la obra está llena de fascinantes datos.
Antes de crear esta pieza, Klimt había recibido mordaces burlas en la primera década
del siglo XX por sus pinturas en el techo de la Universidad de Viena.
Debido a los desnudos de estas obras, sus interpretaciones de la Filosofía, la Medicina y la
Jurisprudencia fueron ridiculizadas como "pornográficas" y "excesivamente pervertidas",
hiriendo a su reputación.