Remordimientos
Entre malabares las manos.
En cada esquina vidrios rotos.
Pedazos de luz en prismas
decorando las sombras,
nuestras sombras.
Un puñado de besos refractarios,
una suave pincelada en la piel y el grito.
De aquí a la esquina el miedo a la oscuridad de las almas,
el calvario de deseos supurando
las ganas desbordadas por los ojos,
la angustia sobre el pedazo de luna que nos mira,
tu no puedes, y mucho menos yo.
Entre malabares la locura de los sentidos.
Te quiero cerca, muy cerca,
pero duele.
Duele el recuerdo de la mirada opaca del que espera,
y no podemos evitar la fricción de los cuerpos
aunque arda la locura en el vapor del aire,
y nos asfixie juntos en el placer consumado.
Carmen Amaralis Vega Olivencia