ABSORBIENDO ABISMOS
La noche se viste de celeste imperio
como hormigas las estrellas en festejo
dan el brillo iluminado, en entrecejos
al despertar el alba, y sonreírle al espejo.
Allí en el umbral , de un nuevo día
caminaba la dama entre neblinas
desnudaba la alborada sus caricias
como el beso de gaviota entre las alas.
Es ella del amor, la mas consentida
la adornaban los soles y su poesía
el verso inconfundible que la adoraba
como el canto, él la irrumpe celestial.
Cuando hala entre rumores, un hado
se deja oír intrépido entre laberintos;
rueda bajo su cabellera los instintos
así inflamaba las llamas, en combustión.
Tocaba las brasas calladas, las enciende
como un vesubio hacia las altas cimas
lanza fumarolas, aún ahogadas
mientras la erupción en ella ascendente.
Así caminaban las dactilares huellas
con pasos lentos, se agitaban luego
al estremecer los valles lo impetuoso
la cripta y su precipitad, que encaja.
Es lento, es ágil, a veces más raudo
un bólido devorando las distancias
desbordando amares sobre las playas
dentro de sus entrañas, absorbiendo abismos.
LEO FRANK PARK