"...Si un día tiene que elegir entre el mundo y el amor...
acuérdese: si elige el mundo se quedará sin el amor,
pero si elige el amor, con él conquistará el mundo!" (Albert Einstein)
¡Lo más triste no es despedirse, sino no saber hacia adónde ir...!
¡Y lo más triste no es despedir al que parte, sino no saber dónde y para qué te quedas!
Si toda la vida es un camino, y toda la vida es una
búsqueda, acéptalo, aunque te duela, toda la vida es una despedida.
¡Y sólo aprendiste a vivir, cuando aprendiste a despedirte!
Y no habrás aprendido a caminar en libertad,
buscando lo no alcanzado, mientras no te hayas despedido de lo andado y lo logrado.
La libertad y la valentía que no tienes para
despedirte de todo lo dejado y lo perdido,
son la libertad y la fuerza que te faltan para seguir andando.
Despídete, de los padres que ya no necesitas,
y cuida de ti mismo haciéndote responsable de tu vida.
Despídete, de los hijos que ya no te necesitan, y déjalos ser libres.
Despídete, de lo bueno que viviste, sin apegarte
al tiempo que pasó, por temor del presente y el futuro.
Despídete, del mal que cometiste,
sin atarte con culpas y reproches; perdonándote a ti mismo.
Despídete, de las ofensas que te hirieron,
sin esclavizarte en la prisión del rencor y la amargura.
Despídete, de los que, muriéndose, partieron, para que
dejes de esperar su regreso, y camines tu
camino en la esperanza, de encontrarte tú con ellos...
Despídete, deja correr el río de la vida, llevándose
las aguas que estás viendo, para que tengan
lugar ante tus ojos las aguas que no viste todavía, y ya están viniendo...
Autor : Rene Trosero