Alegría y Serenidad
De una bolsa
sacaba y sacaba
más nunca se agotaba.
Curioso era pues al dar, recibía.
Al invitar, más reunía.
Un día pensé que ya no podía
que era tan pesada la carga
que por más que quería
sin fuerzas quedaba.
Erré el cálculo pues no era escaso.
Equivoqué el fondo pues no tenía.
Fallé la forma, confundí el esfuerzo.
Así, sin prestar atención
me volví ruin y tacaño.
Precavido con lo mío,
celoso de mis secretos,
un extraño, un paria
un idiota.
En fin, qué hacer si creí que era al revés.
Comencé de nuevo,
cada día comienzo de nuevo.
Sencillamente dar.
Generoso tesoro,
inagotable recurso.
Maravilla divina,
extraordinaria riqueza,
pureza del alma.
David G. Alemany
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