Considerando que pasas un tercio de tu vida durmiendo, una buena cama es esencial.
Y cuanto mejor duermas, mejor será tu salud en general. Tu cama debe ser nueva,
nunca usada, si es posible, ya que la energía negativa de su último dueño puede aún
estar atrapada en ella y afectará tu propia energía. La cama debe tener un respaldo
sólido, preferentemente de madera, para proteger tu cabeza mientras duermes.
Limpia debajo de la cama, incluyendo las bolas de pelusa, ya que la energía negativa
del desorden se infiltrará mientras duermes.
En general, debes ubicar tu cama en una posición en la que no esté en línea directa
con la puerta y los pies de la cama no deben mirar hacia la puerta. La cabecera debe
estar contra la pared, pero no compartiendo la pared (a cada lado de ella) con ningún
aparato electrónico ni con el baño. Se debe estimular el equilibrio de energía a ambos
lados colocando mesas de noche que combinen, por ejemplo, y no debe haber ángulos
agudos apuntando hacia la cama. Para obtener instrucciones más personalizadas, usa
la guía Eight Mansions, la cual es un método popular para establecer las buenas y
malas ubicaciones de los muebles.
Con este método, las personas se incluyen en uno de dos grupos (la vida del este o la
vida del oeste), lo cual se obtiene de su año de nacimiento. Las personas con vida del
este prefieren colocar su cama hacia el norte, el sur, el este o el sudeste, mientras que
el grupo de la vida del oeste prefiere lo opuesto.
Un espejo mirando hacia la cama es un gran no. No debe haber vigas, ventiladores de
techo o lámparas de araña sobre tu cama. La cama no debe ubicarse debajo de una
ventana o un cielorraso inclinado. La cama debe tener acceso por ambos lados. No
tengas nada con agua, desde acuarios hasta fotos, en la habitación.
-ITACA-
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