“Las bibliotecas siempre me han parecido lugares gratamente disparatados.”
“Durante el día, en la biblioteca reina el orden (…) La estructura de la
biblioteca es evidente: un laberinto de líneas rectas, no para perderse
sino para encontrar (…) Pero de noche, el ambiente cambia.”
“De día o de noche, sin embargo, mi biblioteca es un territorio privado,
muy distinto de una biblioteca pública, grande o pequeña, y
diferente también de esas bibliotecas electrónicas fantasmagóricas
acerca de cuya famosa universalidad sigo abrigando un escepticismo moderado.
La geografía y costumbres de cada una de ellas son diferentes, aunque
las tres tienen en común la voluntad explícita de armonizar nuestro
conocimiento y nuestra imaginación, de agrupar y parcelar la información,
de reunir en un lugar nuestra experiencia indirecta del mundo y de
excluir, al mismo tiempo, las experiencias de otros muchos lectores,
por tacañería, ignorancia, incapacidad o temor.”
"Me gusta imaginar que, en el siguiente al último de mis días,
mi biblioteca y yo nos desmoronaremos juntos, de forma que,
aun cuando ya no exista, seguiré junto a mis libros.”
Alberto Manguel