Vida, cuéntame un cuento de los que cuentas a
los bebés para que duerman tranquilos…
Vida, acaricia mi mejilla con una rosa blanca y
dulce cuando veas en ella una lágrima salada.
Vida, cuéntame un secreto de duendes y seres
invisibles
del bosque cuando mi realidad sea demasiado
dolorosa.
Vida, regálame dulces de chocolate y ambrosías
de néctar de
frambuesa cuando veas que se me ponen los
pelos de punta.
Vida, méceme en tu mecedora de madre buena
y cuidadosa
cuando necesite de tu amor.
Vida, quiéreme tanto que nada más necesite, que
esté colmada,
que nada añore, que todo esté cumplido.
Vida, ámame, nunca dejes que me sienta sola,
abandonada,
con desamor o desatendida.
Vida, cuéntame historias sabias que me
ayuden a vivir,
alrededor del fuego encendido, en la paz
de mis noches.
Vida, vida, vida, amable, tierna, delicada y buena…
¡CUÍDAME SIEMPRE MUCHO!