El ser humano es como un reloj fino, el cual, si se lo cuida bien, dará perfectamente la hora y funcionará por un siglo, pero si se lo trata con negligencia o se abusa de él, muy pronto se descompondrá o se romperá antes de tiempo.
Por Rosa Port
l ser humano es como un reloj fino, el cual, si se lo cuida bien, dará perfectamente la hora y funcionará por un siglo, pero si se lo trata con negligencia o se abusa de él, muy pronto se descompondrá o se romperá antes de tiempo. La idea mental determina lo que se construirá durante la vida, si será en condiciones de juventud o de envejecimiento. Cada persona tiene la capacidad innata de prolongar su vida, de incrementar su longevidad potencial; pero primero deberá entender el principio mental.
na salud perfecta, el vigor y la fuerza son imposibles para alguien cuya mente es esclava de la convicción de que se está en el ocaso, de que se está yendo barranca abajo físicamente, de que sus fuerzas se debilitan con los años. La mayoría de las personas no se dan cuenta de que su actitud mental es una energía positiva que constantemente está creando resultados. Cada vez que enfocamos la mente estamos produciendo, creando algo.
adie es viejo sino cuando el interés por la vida se le ha escapado, cuando su espíritu envejece, cuando su corazón se vuelve frío y desentendido; mientras sientas la vida en muchos sentidos tu espíritu no envejecerá. Una persona es vieja, no importa cuál sea su edad, cuando no tiene contacto con la juventud, con sus ideales, sus puntos de vista, con el espíritu de su tiempo, cuando ya no es progresivo ni se pone al día.
a mente de muchas personas se ha vuelto desequilibrada porque no han escapado al hábito de la visualización nocturna, donde ven sus problemas y sus acciones, que siempre son muy exageradas y se aparecen con tan terrible nitidez durante la noche. Antes de caer en la inconciencia, debemos llenar la mente de pensamientos alegres, energizantes e inspiradores. Nunca deberíamos irnos a dormir hasta no haber conseguido el equilibro perdido, ganado un perfecto aplomo mental, hasta no haber puesto en marcha las fuerzas que tenderán a armonizarnos y traer paz y alegría a nuestras vidas.
nvejecemos rápidamente porque no equilibramos nuestros instrumentos metales. La discordia, el bloqueo y el desequilibrio desgastan la vida muy rápidamente. Sufrimos cuando estamos en desequilibrio porque hemos violado la ley fundamental de la armonía divina. El aplomo, la serenidad mental son aliados de la juventud y tienden a refrescar, a renovar y a rejuvenecer el cuerpo. Mira como si fueras joven. Vístete de manera juvenil, pero de manera coherente con tus años. No te encorves, ni arrastres tus pies. Endereza tus hombros, camina erguido, no arrastres tu paso.
o dejes que muera el romance en tu corazón. Es un gran conservador de la juventud. El amor, el altruismo, el espíritu de amabilidad y de entrega conservan la calidez y la juventud del corazón.
Cada vez que pienses en ti mismo, siempre mantén la imagen que te gustaría tener de tu persona. No le des mucha importancia a tus imperfecciones o tus debilidades, pues eso distorsionará tu imagen; por el contrario, aférrate a tu yo ideal. Piénsate en tu perfección, en la manera en que el Creador quiso que fueras.
l juego y la diversión inocente tiende a borrar las marcas de la edad y nos devuelve la juventud. La diversión es la hermana gemela de la juventud. Para tener una salud normal, necesitamos de mucha diversión y recreación, y de todo el divertimento inocente que podamos obtener, pues ellos son grandes estimulantes, grandes promotores de vida.
l humor destruye las preocupaciones. Tiende a acelerar la circulación, a favorecer la digestión. La gente alegre duerme mejor, es mejor compañera, y tiene más amigos. Y la gente que tiene más amigos tiende a ser menos depresiva y malhumorada. La sociabilidad favorece la buena voluntad, los buenos sentimientos y la armonía; y todas estas cosas traen salud y prolongan la vida. El crecimiento es enemigo de la vejez. La persona que se expande mentalmente, que crece constantemente y se vuelve más abierta, más completa, no envejece como aquella que ha dejado de crecer.
a vejez comienza cuando se detiene el crecimiento. Cuando la mente cesa de expandirse, de seguir más allá, cuando los ideales se vuelven opacos, cuando se detienen las aspiraciones, entonces sobreviene la vejez. La persona que siente el espíritu de la juventud emergiendo de su cuerpo constantemente, quien se aferra a pensamientos luminosos, alegres, esperanzadores y juveniles, mantiene una apariencia joven.
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