Veo corazones perdidos en un mundo de tinieblas, sueños convertirse en pesadillas torturadoras que maltratan el alma. Veo mentes inocentes que son manoseadas por la maldad, veo la silenciosa paz, ser invadida por el ensordecedor sonido de la venganza.
Escucho el sollozo de un corazón bondadoso, que se siente traicionado por el rencor.
Hay lágrimas que ruedan sobre rostros de impotencia, por las injusticias que se respiran en el ambiente.
¡Hay espíritus sintiendo dolor...! Hay ojos a los que se les ha nublado la mirada, de tanto buscar ansiosamente una luz. Veo al éxito, la riqueza y el amor; encerrados bajo llave en cuarto oscuro y sin ventanas, custodiados por el odio. En medio de tantas cosas también veo una claridad incandescente, unos destellos fuertes de esperanza. Una promesa de salvación que sólo los corazones sensibles pueden percibir. Es Dios que nos quiere auxiliar.
¡Déjate amar por Él!