Le pregunté a la hora de parar un momento frente al mar. Para despegar los zapatos, una camisa de sudor, esa respiración profunda sólo el segundo lo suficiente para ser capaz de soñar. Pero el tiempo es inclemente. Insiste en correr por arrastrando el tiempo, adquiere una correa como mascota. Parece una broma! Hay tantos años, por lo que ya no saben ahora soy yo quien corre detrás del tiempo, o es el tiempo corriendo detrás de mí.
(Planta de Figueiredo)
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