"Encontróse un gato a una serpiente que le miraba fijamente. El gato le dijo: No conseguirás hipnotizarme, pues mira, si cierro mis ojos no lo lograrás. Al cerrarlos, la serpiente saltó y le mató. Cuando el hombre que tiene delante la disyuntiva de enfrentarse a una decisión, cierra sus ojos menospreciándola, cae en la trampa de su soberbia."
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