He aprendido a mirarte con mis ojos,
lejos de las percepciones que aquietan a mi corazón.
He decidido verte fugaz, libre, como el sol y la luna,
como el río que podría jamás volver.
No quiero pintarte alas y escribirte como ángel.
No quiero saberte total y perfecta.
Amo tus caderas y tus errores y cómo los cometes.
Quiero encontrarte dueña de tu vida y saber que
no esperas quien le dé dirección.
Amo que me mires y a veces decidas no hacerlo más,
me sonrías y te canses para irte de aquí.
Amo tu sinceridad y tu fría tranquilidad para no
elegirme otro día más.
Quiero escribirte desnuda y a contraluz,
tal y como eres:
Sólo tú.
Lernaf