El estar sin ti me pone débil,
como un hombre vulnerable en la sombra del olvido
que no pueda compartir un respiro.
Sin ti, sin tus sentimientos para saciar mi necesidad de ti.
Ese sentimiento de ausencia, de vacío, de urgencia por sentirte,
por el simple hecho, que contigo puedo padecer los castigos de este mundo
sin siquiera sentir el más mínimo rasguño,
mientras que tu ausencia produce el dolor de mil muertes
en el corazón, de que tu eres dueña,
pero que se encuentra en mi tembloroso pecho
por el miedo a no poder sentir tu cálida mirada,
la cual consigue en un largo segundo mi amor.
El sentimiento de tu presencia,
poder pensar en vos,
el poder tener una imagen tuya
en mi necesitado corazón,
el simple hecho de que haya una posibilidad de verte de nuevo,
mueve todo mi ser, como los ángeles mueven milagros.
Como los ángeles te crearon a vos,
o como vos creaste a los ángeles.
El que pueda sentir tus ojos en mi alma,
Y que pueda tener un lugar donde me sienta seguro,
donde mi amor no se restrinja,
donde te pueda amar hasta la luna,
si es que hay una luna en el infinito.
(Diego Cevasco)
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