Está en nuestra naturaleza cerrar ciclos, concluir etapas, dar vuelta a la página y comenzar a escribir nuevas historias.
La vida es increíble, tan increíble que jamás te cerrará una puerta si no tiene la intención de abrirte otra. Cuando algo concluye creemos que todo ha terminado, nos sentimos derrotados, la visión se nubla y el camino se siente destruido.
Cuando algo termina un pedazo de nuestra historia se va con ello, con esa persona, con esa circunstancia, con esos momentos. Nos sentimos incompletos y destructibles.
Sin embargo ese es el proceso de renovación interior, necesitamos la ausencia de la luz para conocer la obscuridad y viceversa. Necesitamos que duela, que se sienta hasta los huesos, que irrumpa y que a través de estas experiencias se aprenda con consciencia, que se libere e irremediablemente se evolucione.
Cuando el ciclo se cierra.
Las heridas sanan.
El agradecimiento llega.
La consciencia se expande.
El amor renace.
Ten fe y certeza en el corazón pues cuando todo termina, realmente apenas comienza.
Kok - Uhga