UNA NOCHE SIN LUNA
No se si os pasará a vosotros, pero siempre que llega la noche intento buscar la Luna, pocas veces la encuentro en su plenitud, pero cuando está, radia como el Sol, más que él.
Me identifico como amante de la Luna, la busco detrás de la oscuridad y a veces no la encuentro. Siempre le pido cosas, pero nunca las hace realidad, lo entiendo.
Cuando la miro la nostalgia me invade, su luz me hipnotiza en un sueño eterno, del cual no quiero despertar, pero debo hacerlo. Si no despertara me transformaría en la luz de la propia Luna y mi alma desaparecería esa noche con la salida de los primeros rayos del Sol.
En otro tiempo la tuvimos más cerca, en la creación del cielo y la tierra. Debería de ser impresionante verla brillar ocupando medio cielo terrestre.
¿Soléis preguntarle cosas? Yo sí. Muchas preguntas que no le podría hacer a nadie más, preguntas sin respuesta.
Supongo que el hombre ya le habrá hecho más de un monumento en su honor, se merece eso y mucho más. Un beso para esa luna que tantas noches ilumina mi camino y llena corazones vacíos.
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