Una vez alguien me dio un consejo que no he querido ni podido olvidar nunca: no corras detrás de alguien que sabe dónde estás, ni siquiera por una exigencia moral. Cuando pregunté por qué debía ser tan radical con mi forma de actuar, lo que me contestaron me ha servido para abrir los ojos en muchos momentos de mi vida.
En primer lugar, me dijeron, ‘no corras detrás de nadie, ni siquiera detrás de ti mismo, porque nadie necesita a alguien detrás, necesita a alguien al lado‘. Después, me afirmaron: ‘si ya no te aporta nada, déjalo ir porque si aún tiene algo que ofrecer a tu día a día, no hará falta que se lo supliques’, por eso “no corras detrás de alguien que ya sabes dónde estás”
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