Acompaña tu fe con un poco de paciencia,
pues la paciencia es la llave que abre muchas
bendiciones de Dios. ¡TEN PACIENCIA Y FE, NO TE DESESPERES!
Vamos, no te quedes en el intento,
ora ahora: “No permitas, Señor,
que me deje vencer por el mal y las dificultades
de la vida, antes bien, dame tu fuerza para que pueda vencer y superar todo lo malo a fuerza del bien”…
Dios es quien te cuida, Él es quien te protege,
Él es quien tiene la última palabra en cada situación,
por lo tanto ¡Confía!
Dios no abandona en medio de la prueba. Su amor y Su poder no fallan.
Él te dará las fuerzas para enfrentarte a toda clase de situaciones ¡Confía!