Confesión
Para tus ojos quisiera yo beber el dulce azogue, y amanecer cubierta de polvo de metales como una joven faraona muerta. Robarles su color a los almendros, y hundiéndome en el lodo feraz de los pantanos lustrar mi desnudez para tus ojos. Recuperar la luz de las espadas y hacerla batallar en mis pupilas. Tomarme espléndida como una esclava etrusca, cuya cabeza calva perturba el sueño de los mercaderes, como iracunda araña al sol del mediodía, como la dentadura feroz de los guerreros, como el líquido despertar matutino de las dianas.
( Pero todo esto no es sino literatura y debo resignarme a sonreírte sin existir, quizá, para tus ojos. )
"El hilo de los días"
PIEDAD BONNETT
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