A veces muerdo las horas nocturnas
y me la paso en vela
y pienso que sueño, que tú me sueñas.
A veces sueño contigo, y me salvo
de la angustia pasajera,
luego te marchas, desapareces
en mitad de la noche
y en el centro de mi urgencia.
Le llueve a este invierno
y pasan las horas,
los días
y más noches como ésta.
A veces, me quedo en el umbral del sueño,
casi dormido como esperando la espera.
Como esperando verte.
Y me duermo,
y no llegas.
Busco tu boca para depositar mis versos,
se expande mi voz al confín del universo,
y mi voz no te toca.
Entonces,
me riego en las estrellas hasta hacerme
millones de
ellas,
hasta ser en
ellas.
Alenjandreiro
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