El problema es tuyo. No esperes que otro los resuelva en tu lugar. Eres capaz de encontrar las soluciones tan difícil como parece a él la pregunta. Enfrentalos con firmeza. No te precipites. Depender de la acción de Dios en su favor. Aun cuando no se puede dilucidar ràpido, espera pacientemente. El problema no tiene existencia real. Esta dentro de tu propia mente. Hacerlo desaparecer. Tu tienes la capacidad de lograr esto por tu cuenta. Nadie es mejor que tú. Creo en la fuerza que tienes. La resolución de problemas es la formación de fuerzas.