Ya está aquí el verano, todos nos hemos apercibido, este año ha venido pisando fuerte, al menos en los termómetros;
y todo el mundo anda quejándose de lo que, nunca he sabido bien por qué, se suele conocer
por 'buen tiempo', es decir, sol y calor. Esperemos que el verano nos dé alguna tregua
térmica, como todos los años.
Mientras, aqui "sufrimos" la estación soñada, por aquello de las vacaciones, pero también,
para muchos la estación de la ordinariez en el vestir, no digamos en el calzar... y hasta en el comer.
La estación de las batallitas gastronómicas, en las que cada cual intenta convencer a su vecino
de que ha comido mejor y, sobre todo, más barato que él en su lugar de vacaciones...
Lo de siempre, bastante previsible y aburrido. Hombre, que el verano tiene cosas buenas,
incluso muy buenas, no lo duda nadie. Para mí, las mejores vienen del mar. Las sardinas, naturalmente,
para tomarlas asadas o al espeto en la playa... si las autoridades competentes no estiman que
con ello estamos infringiendo la ley de costas, que amenaza con hacer desaparecer la tan entrañable
institución del chiringuito. Y tengo que dejar la crónica ... el espeto (le pese a quien le pese) me espera ...
besos fresquitos corazones