Concederse un respiro, tomar distancia... es, más que necesario, imprescindible. La pausa para ver el tamaño real de ese problema que parece insalvable; la pausa para recuperar el sentido de lo que hacemos... Ese arte supremo de saber parar, de no hacer nada, de "perder" el tiempo, para recobrar la conciencia de que no somos los únicos, pero sí únicos e importantes, como lo es nuestra vida.
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