Haz lo que yo digo, mas no lo que yo hago
Mucha gente me pide consejo. A veces a modo de “vamos a tomarnos un café”. A veces con un “vamos a almorzar juntos”. A veces en persona. A veces por teléfono. A veces por correo electrónico. Y a veces de manera pública a través de mi Blog de Reflexiones Diarias.
Y parece que soy bueno dando consejos, ya que las personas me agradecen, le recomiendan a otras personas para que hablen conmigo. Quizás sea asertivo y empático. Quizás una perspectiva imparcial, desde afuera, arroja soluciones que desde adentro no se ven.
Y es que no podemos pretender vivir aislados o solos en esta vida. No podemos cerrarnos en nuestros problemas, ya que eso no los resuelve.
¿Y a qué viene todo esto?
Que como dice el título, muchas veces somos expertos en dar opiniones asertivas y empàticas a las demàs personas, pero no ponemos en pràctica lo que les decimos a otras personas.
Hace unos años, recién salido de un divorcio, le hablaba a una amiga acerca de lo melancólico y triste que me encontraba en ese momento. Y me respondió: “Y tu por casualidad leíste lo que publicaste en tu blog hace 2 días?”.
A veces tenemos la solución al problema en frente de nuestras narices. Pero quizás no la queremos ver. O necesitamos de alguien que nos la enseñe.
Hoy en día, hay muchos líderes (políticos, empresariales, educativos, espirituales) que nos viven diciendo que debemos hacer y qué no debemos hacer.
Pero cuando vemos su vida personal, es todo lo contrario a lo que nos dijeron que debíamos hacer, y sigue a pie juntillas los que nos dijeron que no debíamos hacer.
Y es que a veces no es fácil. Para poder ensseñar, dar consejos, liderizar, debemos tener moral. Como dice el refrán: “el que tiene rabo de paja no se acerca a la candela”. O aquel que dice “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”.
Y ustedes: hacen lo que dicen? O dicen lo que hacen?
Copyright © 2007 Grupo Paraiso de Amigos