Si te dices filósofo,
no me hables de filosofía…
Muéstrame como vives en la verdad.
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Si te dices bueno,
no me hables de la bondad…
Muéstrame cómo amas.
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Si te dices teólogo,
no me hables de teología…
Muéstrame el amor de Dios en tu vida.
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Si te dices político,
no me hables de política…
Muéstrame qué haces por el bien de todos.
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Si te dices creyente,
no me hables de tu credo o de tu religión…
Muéstrame tu modo de vivir y me convencerás.