La naturaleza grita, con desgarradora fuerza. Las
entrañas de los cuatro elementos se retuercen de dolor. La
inconsciencia se relame, busca solidificar su reino. No todo está
perdido, estamos a tiempo. Si abrimos los ojos del alma, si cambiamos
por dentro, revertiremos la historia. Es despiadado dejar a nuestros
hijos un destino de barbarie. Aún podemos restituir el equilibrio.
Una nueva humanidad debe florecer. Recuperemos nuestra esencia. Que
despierte el espíritu de los mansos.
Parece mentira, un puñado de desequilibrados, sedientos de poder,
tiene en su puño la vida de miles de millones de personas. Con total
impunidad programan guerras, promueven la desigualdad y no vacilan en
pisotear los derechos del hombre. Tampoco dudan en destruir el medio
ambiente a cambio de dinero. No dejan flancos sin cubrir. Pertrechan
sus fuerzas, hasta los dientes, para silenciar voces disidentes que
reclamen el cese de tanta injusticia.
Pese a todo, hay posibilidades de cambio. Unidos y despiertos no
podrán volver a someternos. Debemos empoderarnos. Basta de que otros
decidan por nosotros. ¿Por qué seguir soportando vibraciones tan
oscuras? Somos co-creadores. Nuestras acciones modifican el futuro.
Humanicemos nuestra realidad. No hace falta un puesto de poder para
influir. Estemos donde estemos, no importa la tarea que desempeñemos,
cada uno impregna su entorno con una determinada frecuencia. No
existen los actos insignificantes.
Ser Humano es la condición para transformar este escenario.
Volvámonos conscientes. Debemos reunir lo que está disperso. La
ciencia y la tecnología deben sincronizar sus pasos con los del
hombre. La verdadera transformación es interna. Si cambiamos por
dentro, automáticamente lo que está fuera se modificará. No existen
las divisiones. Luz en cada uno de nuestros actos. Están llegando
nuevos niños, era nuestro compromiso dejarles un suelo fértil para
que sus semillas crezcan.
Lo que estás leyendo puede parecerte una nota, en realidad es un
tambor que resuena a través de las palabras. Sentí como golpea cada
una de las letras. Los sonidos buscan alcanzar el centro de tu pecho,
para encender tu sabiduría interna. Tu corazón puede y debe abrirse
todavía más. Si tu puedes, también puedo. Es tiempo, que despierte
el espíritu de los mansos.