Corea prepara el lanzamiento de su bomba termonuclear mientras Irán prueba un nuevo misil
La escalada de tensión a nivel internacional desde la llegada al poder en Estados Unidos de Donald Trump se recrudece. El último actor: un viejo enemigo del país norteamericano con el que se había reconciliado durante la última etapa del mandato de Obama. Irán.
La República Islámica mueve ficha tras la presentación de un nuevo misil balístico capaz de alcanzar y destruir cualquier objetivo seleccionado en una distancia de igual o menor a los 2.000 kilómetros.
Este proyectil podría poner a tiro a uno de los principales aliados de EE.UU. en Oriente Próximo y tradicional enemigo del mundo islámico, Israel; aunque también serviría para atacar los territorios controlados por el Daesh y permitir al gobierno de Al Assad (amigo del régimen teheraní) que avance en la reconquista de su país.
Estados Unidos, mientras tanto, continúa imponiendo sanciones al régimen chií, que se ha blindado desplegando a las tropas de la Guardia Revolucionaria por toda la capital y parte del país en vista de un posible aumento de la crisis diplomática entre Washington y Teherán.
Los artefactos permtirían al régimen estallar varias bombas en un rango de 2.000 kilómetros, aunque esta hazaña sería novedosa en un gobierno que lleva más de 25 años sin lanzar un misil balístico.
Corea del Norte lanzará una bomba termonuclear en el Pacífico
Proporcionado por Los Replicantes El presidente de Corea del Norte, Kim Jong-Un
La crisis con Teherán no es la única que se ha agravado desde que Donald Trump accedió al Despacho Oval. La tensión que se mantiene con Corea del Norte ha alcanzado unos niveles, al menos en cuanto a retórica, impensables durante la etapa del expresidente Barack Obama.
Tras la amenaza de Trump de desplegar a sus tropas en la península coreana e iniciar, con ello, una ofensiva militar de consecuencias imprevisibles, el régimen de Pyongyang se plantea lanzar una de las bombas termonucleares (bomba H) que ha desarrollado en aguas del Pacífico.
La amenaza no es una mera declaración de intenciones. La base militar de la isla de Guam se encuentra en el Pacífico y es completamente accesible vía misil para el Gobierno de Corea del Norte. Si este lanzamiento se produce, o si Washington despliega a sus tropas en la zona, la declaración de guerra sería más que evidente.
¿Qué quiere decir todo? Que la tensión es máxima, que ha superado a la de 2014, pero que no significa un conflicto militar inminente. A Pyongyang no le interesa una guerra sin apoyos internacionales. Son conscientes de que la amenaza nuclear es su única vía de supervivencia.
Estados Unidos, con su colaboración en la Coalición Internacional para derrotar al Daesh, tiene suficiente por el momento. Corea del Norte, en realidad, no representa un problema real por el momento, a falta de comprobar si el arsenal del régimen puede realmente alcanzar territorio continental del país norteamericano. Las aguas, eso sí, continúan muy revueltas.