Cuando san Juan de la Cruz habla de la purificación de la memoria, se refiere a purificarla de toda emoción. No anclarse en los recuerdos, ni sufrir de nostalgia, ni de añoranzas. Liberarse de las emociones del pasado; liberar la memoria de toda emoción para recibir limpiamente todo lo nuevo. Estar disponible, para recibir a la persona en cada momento, limpio de todo recuerdo y emoción. Cuando te encuentro, para percibirte con claridad, he de dejar atrás todo lo pasado -tanto lo bueno como lo malo para estar abierto a tu presente sin relacionarte con ninguna imagen, sino con la realidad de ese presente.
El amor va siempre unido a la verdad y a la libertad, y por eso nunca es débil.
ANTONY DE MELLO