TU SUEÑO Y EL MIO

Poco a poco fui caminando al través de los cristales. Cruce espejos, uno que otro vidrio, perseguí en la lupa toda lectura de tus sueños, te espíes en binóculos como si estuviera cerca, por último aterrice mi mirada a milímetros, que solté mi vos queda muy cerca de tus oídos, un susurro de aires te cantaron melódicas notas, que corriste tu pelo aun lado, mientras jugaban tus ansias como alfileres clavando cada zona de punto “G” caminaron mis manos aún sin tocarte, mis caricias tan suaves y perceptibles me sentía en tus altas cimas como si dejará en ti un caldero ardiendo Vesubio abajo, como ríos de lava, fueron recorriendo eléctricas tus venas y mil circuitos parecían romper de ansias en moléculas que invadían tu periferia, tus alrededores tus adentros, muy dentro se convulsionaba todos tus epicentros en un temblor, que necesitaba de alguna forma callar, callar…

                Se soltaron aguas del ayer heladas, un hervor las fue calentando de prisa, un fuego se sembrando subterráneo, como si mil brasas juntas de pronto daban ese grito de victoria de sacar de las secretas gemas de tu océano burbujas, unos con otras se eclosionaban llamando a tus pétalos dejar correr de las perlas su encantado nácar, como llamando al sol con su fulgor pasearse cielo adentro de bóveda de galaxias que formaban esteroides con espirales movimientos, que la enrojecer la gravedad de la atmosfera despedía bólidos con la única misión de traer al dueño de tus compendios para forjar el acero que encapsularía el grito, de tu épica pasión…  

Convulsionaste dioses, querían de su olimpo transitar los cercos de ese jardín ahora mecidos en capullos listo a florecer con todos sus encendidos aromas, fragancia que a miles de kilometro hacía un llamado a su amor, mientras un lenguaje inquieto rasgaba paredes  para ser burbujear diamantes con ese ese esplendoroso brillo intimo ahora hecho quilates para enriquecer tu felicidad, al estar en lo más alto de los cielos bajando una estrella para dársela al hombre que te cantaba en las noches en tu balcón de desgajados pechos ahora volátiles por saltar de tus corpiños.

Tus emociones hacían maletas, tu pasión invitaba a todos tus sentidos muy pronto estar de fiesta, a tus sonrosadas mejillas les dijo princesa, por favor, guarden todo ese rubor, por ajora no enciendan más fuego en mi corazón ya bastante tengo con tantas fumarolas y vahos que de noche escapan y son combustible de luceros y estrellas hasta las gemas concentran en luminiscencias, sonríen en fulgores al adivinar, porque viñedos pasan tus efervescencias y que vino destilas para embriagar cielo y tierra, ebrio el universo se siente, que desean verte en calma para no enloquecer el Cosmos, se desplomaría y que apagón ocurriría…

Besos y caricias se disputan tu sagrada espera, abren grandes ventanales para ver a que horas asoma tu sonrisa de ángel, con tu cara de niña de niña radiante, tu mirada acotando las distancias como si fuera rayo láser pulverizando todo a su pasó tienes afán de llegar muy pronto al paraíso de unos brazos que se hacen hogar por hospedar tu reinado que respira por ser dueña de casa y gozar como anfitriona las mieles queda el amor, al ser tú el panal, endulzara tu colmena dónde serás un néctar vivo, de infinito muy  vuelo trascendental…

De tu boca suelta un colorido de mariposas, en sincronizado movimiento hacen el arco iris, nos bañan en flores, se hacen hadas y nos invitan al susurrante bosque, donde las aguas cantan y los ríos hacen sus acordes, las plantas con su roce impones un suave ritmo, árboles se levantan más altos se doblas, se cortas con sus grandes maderos pájaros carpinteros, nos construyen un castillo de luna de miel porque somos el cuento de un jardín hecho a pulso de versos y poesía.

LEO FRANK PARK
LUIS FRANCISCO PARDO HUERTAS
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Colombia 26-09-17