Ojos tristes.
Secretos, muy escondidos.
Una luz que se asoma, tímida.
Palabras cortas, una sonrisa triste.
Un gran dolor, guardas.
Una tormenta personal, inmisericorde.
Un barco a punto de encallar, en la desesperación.
La soledad que llega, cuando menos le esperabas.
Un recuento de tu vida, para explicar lo que vives.
Angustia y desesperación, un gran dolor vivo aún.
Un secreto llevas, que no deseas compartir.
Secretos muy escondidos, que te causan dolor.
La alborada de un nuevo día, un motivo para continuar.
Las luces del nuevo día, te hacen ver mejor tu senda.
Buscas, esa paz que necesitas para continuar.
El Señor no te abandona, pues eres una de sus criaturas.
En éste caminar comparte con los peregrinos, que llevan tu rumbo.
Del más humilde escucha lo que dice, aprende de su simpleza.
Muchos mensajeros encontramos en las sendas de nuestra vida.
El descanso, te ayuda a ver mejor el rumbo de tu vida.
Da luz a tus bellos ojos, la solución está más cerca de lo que crees.
El Creador es sabio y nos da lo que necesitamos.
Por Prof. Luis Horacio Cerdas Mora.
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