Como el yoga es el precursor de la ciencia psicosomática y la primera disciplina integral de la salud en el mundo, los yoguis fueron los primeros en concebir, ensayar y experimentar la relajación no solo como fuente de energía y vitalidad, sino también como procedimiento útil para el control psicosomático y la reintegración emocional. Asimismo, descubrieron que es muy beneficiosa para el cuerpo, la mente y las energías, y la convirtieron en un procedimiento fiable para acumular fuerza vital, e incluso la utilizaron para complementar otras técnicas de yoga. Esto constató que los estiramientos y masajes facilitaban una relajación más profunda, lo que indujo al doctor Behanam a declarar: «Como sistema de prácticas para inducir a un alto nivel de relajación, el yoga es insuperable». Las posturas, al trabajar con estiramientos mantenidos y masajes, van, por un lado, tensando para relajar y, por otro, presionando puntos vitales y desbloqueándolos. Los antiguos yoguis denominaron savasana a la postura de relajación, es decir, postura del cadáver, para apuntar así que el cuerpo, durante la práctica, tiene que estar tan inmóvil como el de un muerto. La relajación de yoga se puede aplicar de manera independiente o después de haber efectuado las posiciones de estiramiento y masaje, las asanas. Si se recurre al segundo esquema de trabajo, podemos denominarlo relajación activa-pasiva, pues primero se acude a las posiciones de yoga, que eliminan crispaciones, tensiones, contracturas, y estiran para relajar. Pero si se realiza sin asociarla a las posturas corporales, la podríamos calificar de relajación pasiva y consciente, porque exige: Máxima inmovilidad. Máxima atención vigilante.
Es la atención vigilante y consciente la que va sintiendo las diferentes partes del cuerpo, para después soltar los músculos. Sentir y soltar, sentir y soltar: ese es el secreto. Mediante este fácil procedimiento se obtiene una relajación profunda y saludable, además de beneficio físico, energético y psicomental. SENTIR Y SOLTAR. Es necesario mantener la mente atenta, el cuerpo pasivo y la concentración activa a lo largo de la práctica.
Autor: Ramiro Calle