La silenciosa noche. Aquí en el bosque no distingo rumores, no, de ninguna especie. Los gusanos trabajan. Los pájaros de presa hacen lo suyo (seguramente). Pero no escucho nada. Sólo el silencio que da miedo. Tan raro, tan raro, tan escaso se ha vuelto en este mundo que ya nadie se acuerda como suena, ya nadie quiere estar consigo mismo un instante. Mañana dejaremos de nuevo la verdadera vida para mañana. No asco de ser ni pesadumbre de estar vivo: extrañeza de hallarse aquí y ahora en esta hora tan muda. Silencio en este bosque, en esta casa a la mitad del bosque. ¿Se habrá acabado el mundo?
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