Soy la pluma y la semilla.
Soy la pluma que a sí misma se dibuja,
un poema, la canción que nadie canta,
la semilla que en el surco no se planta,
soy el hilo desprendido de la aguja.
Dibujaría tu perfil, contigo siempre a mi lado;
vibrarían de pasión mis cantos en tu oído;
de mi mente enamorada brotaría un tallo erguido,
y estaría en permanencia sobre ti enhebrado.
¿De dónde nace ese temor que te hace
temblar en dudas cuando te desnudas,
si te complace que mi vista abrace
con voces mudas lo que tanto escudas?
Recogeré en otoño tus alegres sonrisas
bajo los olmos secos desnudando el llanto
de las hojas, que por ti flotan indecisas,
y al fin descansan en crujiente manto.
Sobre esta alfombra te dejaré tendida,
bajo diáfana y cristalina cúpula de ramas,
sólo para mí de tus deseos revestida,
y ofreciendo amor lo mismo que reclamas.
Jesús Quintana Aguilarte.