Que lejos ha quedado la dulce y apacible bahía
donde fondeaba estaba la goleta de la dulce María,
intrépidos o absurdos en nuestra pesquisa de emociones,
desobedecimos las indicaciones de la capitania del puerto
y sin mas , con la despensa abastecida, grandes garrafas
de licor y latas de conservas y jamones encurtidos , hogazas
del pan negro ese de rico sabor, un día martes levamos
anclas, aún sin rumbo establecido, pues esperariamos estar
fuera de la bahía y ver el volar de gaviotas y golondrinas
de mar, estas al declinar la tarde nos indicarían si era
prudente el adentrarnos mas sin esperar los reportes de
la capitania de puerto, cuando mas entretenida era la
tertulia, después de haber engullido dos o tres emparedados y
tomado como un litro de esa rica cerveza, nos empiezan a caer
grandes y frías gotas, Juvencio el mas veterano y con mas horas de
navegante, calla todos, apaga la música, quiero oír el clamor de las
olas, esto no es nada normal, escuchen esta quietud repentina no
me gusta para nada, afianzar todo lo que este suelto, aprestar a colocarse
los chalecos salvavidas, que en unos instantes nos sacudirá el mar
como trapos sucios en la mas moderna lavadora, de arriba para
abajo sin mediar final alguno..
Y, no bien había terminado su perorata cuando un gran resplandor
ilumino el panorama y unos segundos mas un gran rugido escuchose
que a todos nos sorprendió y hasta la bebida de las manos se derramo
por completo...
Esto que les relato, hace ya tres o cuatro días de lo ocurrido pues estamos
en un pequeño islote varados, eso con la gran fortuna de estar completos,
todos zarandeados, magullados , arenados mas completos, a Bernal los
anteojos perdió mas la vida conservo, Venancio chimuelo quedo, con que
no sonreía demasiado el defecto no se le notara nada, nadita de nada,
Imelda por mas de varias horas se vio por completo al natural, pues con
las sacudidas el bikini por completo desapareció para deleite de los
compañeros, que con disimulo veían después del susto este grato panorama
y sin pagar entrada...
Juancho el mas ducho, y con Patricio han estado viendo si hay alguna forma
de enderezar la goleta, ya que por fortuna solo quedo volteada y con algunas
libras de arena en su cubierta..
Yo, Pepito , no soy el de los cuentos, bueno José Perez Garcia, con un tobillo
quebrado y con ganas de comer un taco de rico guisado, viendo si puedo
componer la brujula y secando el radio de la goleta para poder emitir la señal
de auxilio, pues si no nos aproveemos de alimento en un día mas las inquilinas
que no perdonan estarán reclamando se les atienda... ( lombrices)
Noelia , Beatriz, e Imelda ya una vez restablecidas de los sustos y sacudidas
han decidido sacar el mejor provecho de esta estancia inesperada y asolearta
a todo lo ancho de sus graciles figuras mientras los galantes caballeros han
logrado ya pescar una docena de arenques y dos jaibas , entonces por lo
menos esta tarde noche mariscos habremos de cenar, ummm, dejen les cuento
pues resulta que Imelda es una ducha cocinera y junto con Noelia nos han atendido
como si estuvieramos en el mejor restaurante de la isla,,,
Creo que hasta aquí sigo con mi relato, pues ya morfeo esta tocando la puerta
y con el acariciar de la brisa y los ojitos soñadores de Noelia, me indica que es
hora de dormir , ha acomodado el lugarcito donde depositaremos nuestros
cuerpos hasta el amanecer, ya mañana sera con la venia del Altisimo otro
día por vivir...
Autor: José Antonio/Corazón de león
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