Sueñas que sueño
En mi mundo de ensueño
El reencuentro soñado.
En cada instante,
En cada espacio,
Tú, perennemente ambiguo,
Acerbo en tu globo oscuro
Eres zar en mi existencia,
Eso inventas?
Sueñas que ni en sueños
Puede enfocar mi luz
Un rostro nuevo.
En contraste,
Arrumbo libre y eximida,
Mi sentido se tranquiliza
Y me calmo en la cálida tarde.
Me conmueven otras brisas,
Y me atontan las hojas de los arces
Que entre vientos se deslizan.
Mientras, tú y tus pesquisas
Torpes no descifran,
Por absurda fijación,
Que me impulsa el olor a lilas
Y no el añejo olor a ron.
Perfilado rostro de mil aristas,
Avista mi poroso corazón
Dónde un día fuiste
Convidado de honor.
Entonando como un ruiseñor
Anhelabas regir el ritmo
De mi diverso centro.
Hoy sucumbieron los ecos
De aquella espectral inclusión.
María de Poniente