Hija.
De pequeña, me veías gigante.
Compañeros de juegos, por un tiempo.
A clases de danza, te acompañé.
Tus primeras comidas, comensal fui.
Te escucho paciente, y pienso.
A veces me doy cuenta tarde, de lo que has crecido.
Consultora, de proyectos eres.
Crítica, de mi forma de vestir.
No me miras tan alto, hoy.
Ahora tu me escuchas, y opinas con propiedad.
El tiempo pasa, y te veo crecer.
Tomas decisiones, y me las comunicas.
Te veo crecer poco a poco, y solo pienso.
Nuestros caminos, se han de unir en muchas ocasiones.
No sigues mis caminos, haces los tuyos hoy.
Das auxilio, a todos en el hogar.
Hija, mujer, hermana, compañera en el camino.
Das una bella luz, a mi hogar.
Me guías ahora, en los caminos de la investigación.
Paciente, en tus labores.
Creativa como ella, pero distinta.
Tienes tu sello particular, que se hace notar.
El Creador nos bendice, con tu presencia.
Por Prof. Luis Horacio Cerdas Mora.
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